Desde 1960 se le empezó a dar manejo conservador a los pacientes que presentaban este tipo de fractura, y solo se operaban aquellas que presentaban lesión vascular o lesiones en la piel que las hacían expuestas, de lo contrario se colocaban vendajes en 8 que posteriormente se demostró que no había diferencia entre este y un cabestrillo por el contrario el vendaje en 8 provoca dermatitis y lesiones del plexo axilar por lo que en la gran mayoría de países se considera una práctica iatrogénica este vendaje y aun se sigue utilizando a pesar de esto en nuestro país por conceptos ya obsoletos.
Desde hace 15 años estudios científicos con alto nivel de evidencia, de este tipo de fracturas han demostrado que las indicaciones absolutas para realizar una reducción abierta más osteosíntesis es cuando exista un acortamiento mayor de 2cm, cuando no exista contacto entre los trazos de fracturas y en pacientes jóvenes y que practiquen deportes, ya que de no realizarse la osteosíntesis existe un 80 % de posibilidades de desarrollar no unión o mala unión de la fractura, además que el paciente queda con disminución de la fuerza, la función, dolor residual y una sensación de insatisfacción.
Se ha demostrado también en estudios prospectivos que a los pacientes que se les maneja conservadoramente y presentan acortamiento del hombro a causa de la fractura de clavícula generan un desbalance muscular y disquinesia escapulo torácica y esto les lleva a rupturas tempranas del manguito rotador, disminuyendo así la vida útil del hombro y afectando la vida productiva del paciente.